Cada campo de arroz, a Bali, en Indonesia, tiene un relicario, dedicado a Dewi Sri, la diosa del arroz y, en su honor, se festejan varios ritos.
Por el fin de año, los pueblos de Bali, ofrecen a los diòses, arroz y bebidas, porque creen que, haciendo asì, pueden alejar los malos espìritus.
En las Filipinas, casi cada més, se celebra una fiesta, en honor del arroz.
En la provincia de Aurora, por una semana, en Febrero, se festeja el Suman Festival. El suman es un dulce, a base de arroz, cubierto por un plàtano y envuelto en una hoja de coco.
En Mayo, cada año, la gente de Lucban celebra el tiempo de la cosecha y hace ofertas al santo patròn.
Los abitantes lugareños decoran la ciudad, con barquillos de masa de arroz (pahiyas), con colores fuertes. Las pahiyas, que representan hojas y flores y alegran las casas y las calles de Lucban, no sirven sòlo como decoraciones sino también, si fritas o tostadas, como comida.
En Japòn, el fin de año (O-Shogatsu), dura tres dìas.
En esta ocasiòn, las familias y los amigos se encuentran para festejar y comer juntos.
Se decora la mesa con el Mochibana, (flores echas con el arroz y la paja de arroz) y las madres preparan muchas comidas especiales como el Omochi, un dulce de arroz.
Abril, el més del fin de año tailandés, marca el pasaje de una fase a otra del ciclo del arroz. En Mayo, el Rey, dirige la Ceremonia Real de la Reja; esta fiesta marca el comienzo oficial del tiempo de la siembra del arroz, y segùn la tradiciòn, los monjes bendicen las semillas, para que la cosecha sea buena.